La última hora del día

Si te observo mientras mueres ahogada por el río, ¿tus manos se alzarán al cielo?  Grita mi nombre, hazme saber que yo soy más poderoso que cualquier fuerza, tu labios ya no están teñidos de rojo, ni tus brazos responden al murmullo del agua; el pliegue de tu falda ya no baila al compás de aquella canción, ni siquiera tus ojos hablan, ojos que fueron negros pero ahora son blancos, más bien están callados mientras observan las nubes anaranjadas cambiar a púrpura, tu boca gritará el último respiro que Dios no te dio. Admiro tu valentía al llorar por mí, pidiéndome piedad cuando yo no te lo puedo dar; Dime querida ¿No era esto lo que deseabas? Las aguas te llevarán hasta tu lecho mientras yo me río en las sombras de los árboles, y mientras se cierra el telón, observo cómo caes a mis manos, pintando una sonrisa a tu mirada vacía.


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